El RCM es un mantenimiento “a medida” de los equipos: sus siglas definen una técnica de mantenimiento basada en la fiabilidad. Descubre con nosotros las 7 etapas recomendadas por los expertos para implementar un proceso RCM en tu empresa.

La técnica RCM (Reliability Centered Maintenance, o Mantenimiento basado en la Fiabilidad) es una técnica centrada principalmente en el mantenimiento predictivo. Se parte de la experiencia y los conocimientos del personal de mantenimiento y producción para conocer el estado de los equipos, estableciendo un mantenimiento preventivo programado para eliminar los fallos de manera proactiva.
Se suele aplicar a equipos grandes y complejos cuyos fallos conllevarían riesgos económicos, de seguridad o medioambientales.

Fases de un proceso RCM

Cuando se desea implementar un RCM en una empresa para mejorar el rendimiento de los activos, se recomienda seguir una secuencia de 7 pasos que nos ayudarán a que el proceso tenga una progresión lógica y definida.

1. Identificación de los activos: Los procesos RCM empiezan con la identificación de los recursos físicos de la planta. Empezaremos confeccionando una lista o un árbol de familias de los equipos que queremos incluir. En esta fase se evalúa también el efecto de las fallas en el negocio de la empresa.

2. Priorización de las funciones de los equipos: Cuando ya tenemos el registro de todos los equipos, es conveniente establecer el rango de importancia de cada uno y las funciones que realizan: primarias, secundarias o de protección.

3. Valoración del rendimiento: En este punto podemos valorar también las capacidades de cada equipo y sus requerimientos. Se determinan los niveles de rendimiento esperados y los fallos funcionales para fijar la calidad y cantidad de mantenimiento.

4. Identificación de los fallos: La fase cuarta estudia los fallos del equipo, sus causas y sus consecuencias. Podemos encontrar fallos no especificados por el fabricante y que queremos incluir gracias a nuestra experiencia.

5. Selección de las técnicas de mantenimiento: En este momento ya tenemos la información suficiente para prever y evitar los fallos de manera eficiente, aplicando las siguientes recomendaciones:

– Descubrir los fallos ocultos para reducir la probabilidad de fallas
– Rediseñar o modificar aquellos componentes que afecten a la seguridad
– Corregir los componentes cuyo fallo tiene consecuencias en producción o mantenimiento.

6. Ejecución del mantenimiento: El RCM prioriza el mantenimiento predictivo frente al correctivo o preventivo. En esta fase definiremos las acciones y los recursos necesarios para cada activo o grupo de activos.

7. Evaluación y optimización: Una vez implementado el RCM se recomienda hacer un seguimiento constante de los datos para valorar los resultados obtenidos. Esto nos permitirá realizar ajustes o modificaciones hasta lograr la excelencia para cada equipo.

Los GMAO, una herramienta imprescindible para implementar un RCM

Para iniciar un proceso RCM necesitarás un software potente que te permita arrancar desde el principio con buen pie.

Con el GMAO Suited Keep podrás hacer el despiece de todos los activos, con todas sus referencias e incluso adjuntar fotografías si lo crees conveniente.

También podrás tener siempre a mano el histórico de las fallas del equipo o de sus componentes, estudiarlo y diseñar el tipo de mantenimiento más adecuado para cada activo.

Una vez definidas las acciones de mantenimiento, podrás trabajar con un calendario para programarlas, establecer las SOP para cada proceso y automatizar las Órdenes de Trabajo.

Suited Keep te proporcionará además unas métricas de todos los procesos a tiempo real. Los KPI te darán la información que necesitas para valorar los resultados del RCM y proceder a modificaciones si es necesario.

Suited Keep es el software de mantenimiento con el diseño más ágil y sencillo, pensado para que cualquier usuario se sienta cómodo trabajando con él.

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¿Te gustaría saber más sobre el RCM? No te pierdas nuestro post anterior ¿Qué es el RCM y cuáles son sus objetivos?